MEJILLONES EN ESCABECHE

Hoy os traigo una receta que seguro conoceis pero que pocas veces se realiza de forma casera y uno se decanta más por comprarla en conserva. Sí, os hablo de los mejillones en escabeche que además, al realizarlos en casa, ganan en sabor. 

Por otra parte, el escabeche es un método de conservación ideal para disfrutar en el momento pero que también nos permite almacenar los alimentos durante un tiempo. ¿A qué esperais para probarlo?

Ingredientes:

Para cocer los mejillones:

1 kg de mejillones
100 ml de agua

1 hoja de laurel

Para preparar el escabeche:
4 dientes de ajo

2 hojas de laurel

2 cucharadas pequeñas de pimentón

Granos de pimienta

Clavo

60 ml de aceite de oliva

30 ml de vinagre

Preparación:
Cocemos los mejillones, que previamente hemos limpiado bien, con 100 ml de agua y una hoja de laurel durante cinco minutos. Los retiramos del fuego y los desconchamos, sin que quede el músculo en la concha. Para ello, un pequeño truco consiste en usar la concha que queda libre para raspar la otra valva y que así el mejillón salga entero.

Tras la operación secaremos los mejillones con papel de cocina, evitando así que salpique al entrar en contacto con el aceite, y los rehogamos.

 En otra sartén ponemos el aceite restante con las dos hojas de laurel, dos dientes de ajo y otros dos ya machacados. Cuando estos se doren, ponemos los granos de pimienta, el clavo y el pimentón y a continuación echemos el vinagre. Tras este paso, procederemos a incluir los mejillones ya rehogados.

Presentación:

Hoy mi sugerencia para la presentación de esta receta es esta 'lata de porcelana' que me ha encantado. ¿Qué os parece? 

De esta forma obtenemos nuestros propios mejillones en escabeche que, como ya he dicho, podemos mantenerlos en la nevera o envasarlos en botes de cristal, para tener un aperitivo siempre a mano y muy nutritivo.
Consejo: El escabeche adquiere consistencia y da más sabor a medida que pasa el tiempo y los ingredientes se van asentando y complementando. Por eso es mejor prepararlo con tiempo y dejarlo reposar. La pregunta es...¿resistireis las ganas de hincarle el diente?